Atraídos por diversos motivos, verdaderos éxodos de provincianos, inclusive desde los ámbitos geográficos más distantes de la Patria, llegan hasta la capital metropolitana de Quito.
Esa notoria presencia humana, principalmente, está constituida por numerosa juventud. Unas veces, pasan a radicarse con fines de estudio; y en otras, exclusivamente con el anhelo de trabajar, en búsqueda de nuevos bríos y proyecciones; aunque casi siempre, la suerte y el destino les enfrenta con un sinnúmero de contrariedades.
En todo caso, cuando ya están en la gran urbe, enmarcada por circunstancias y situaciones culturales, sociales, artísticas, antropológicas e ideológicas, distintas al referente de sus tierras y pueblos de origen, de los que ya se olvidan sus costumbres, sus modos de vida, la manera de vestirse, la forma de hablar y otras características esenciales.
Y a toda costa, quieren convertirse en unos quiteños más. Actitudes y pretensiones que serán reprendidas por los auténticos quiteños, con la irónica calificación de: "EL CHAGRA", ¡POBRE CHAGRA!, que quiere cambiar su sueño provinciano en un ascenso socio-etnográfico que no le corresponde; por lo cual, no le queda otra alternativa que regresar al lugar de donde procedió, confirmándose así la canción, que en ritmo de CAPISHCA se llama: “LA VUELTA DEL CHAGRA”.
Esa notoria presencia humana, principalmente, está constituida por numerosa juventud. Unas veces, pasan a radicarse con fines de estudio; y en otras, exclusivamente con el anhelo de trabajar, en búsqueda de nuevos bríos y proyecciones; aunque casi siempre, la suerte y el destino les enfrenta con un sinnúmero de contrariedades.
En todo caso, cuando ya están en la gran urbe, enmarcada por circunstancias y situaciones culturales, sociales, artísticas, antropológicas e ideológicas, distintas al referente de sus tierras y pueblos de origen, de los que ya se olvidan sus costumbres, sus modos de vida, la manera de vestirse, la forma de hablar y otras características esenciales.
Y a toda costa, quieren convertirse en unos quiteños más. Actitudes y pretensiones que serán reprendidas por los auténticos quiteños, con la irónica calificación de: "EL CHAGRA", ¡POBRE CHAGRA!, que quiere cambiar su sueño provinciano en un ascenso socio-etnográfico que no le corresponde; por lo cual, no le queda otra alternativa que regresar al lugar de donde procedió, confirmándose así la canción, que en ritmo de CAPISHCA se llama: “LA VUELTA DEL CHAGRA”.
Vestimenta:
Las mujeres llevan blusa y falda de colores radiantes, las primeras poseen encajes a nivel del pecho y cuello, las faldas presentan unas cintas de colores en la base. Llevan además sombrero negro, aretes, collares o huallcas y zapatos de tacón.
Los hombres llevan camisa blanca; pantalón, cinturón, sombrero y zapatos negros; chaleco de base negra con aplicaciones en diversos colores, especialmente blancos.
Los hombres llevan camisa blanca; pantalón, cinturón, sombrero y zapatos negros; chaleco de base negra con aplicaciones en diversos colores, especialmente blancos.
Ubicación: